Concurso de Pesebres 2012-13
Motivación del veredicto final por parte del jurado
El jurado conformado por nosotros, los profesores José Luis Chacón y Yonnys Díaz, hizo el recorrido por los diversos recintos universitarios donde se encontraban los pesebres inscritos en el concurso. Vimos una variedad de pesebres de distintos tamaños y con técnicas diversas; al igual que pudimos conversar con la mayoría de los autores, lo que nos ayudó a comprender mejor las realizaciones.
En breve, el pesebre es una tradición popular muy arraigada en Mérida y la zona andina. Es una manifestación esencialmente cristiana que celebra iconográficamente la escena del nacimiento de Jesucristo. Sus raíces están en la cultura latina, específicamente italo-española, de la cual somos herederos. El pesebre ha permanecido en el tiempo gracias, primero, a la devoción religiosa de la población y segundo, a su encanto estético, ligado a una sensación ingenua – diríamos infantil – que produce en los observadores.
Tomando esto en consideración, a los criterios sugeridos por la organización del concurso, el Sistema de Cursos y Talleres de la DIGECEX, agregamos uno de suma importancia: la correspondencia del pesebre realizado con la tradición (en forma y contenido); por ello, sugerimos que sea incluido en las valoraciones sucesivas. De esta manera los otros criterios, estéticos (Creatividad Artística y Diseño e Impacto visual) y técnicos (Calidad de Materiales y Conservación Ambiental), quedan determinados por éste. La belleza de un pesebre y su terminación dependen de cuan fiel es al pesebre tradicional.
La decisión del jurado fue entonces la siguiente:
Primer Premio al pesebre del Consejo de Apelaciones, en el Edificio Administrativo. Realizado como un “teatrino”, este pesebre representa la escena del nacimiento en perspectiva, mostrando las ruinas de la pesebrera en las afueras del poblado de Belén. Las figuras, los materiales y la ambientación están muy bien tratados y son todos coherentes entre sí.
Segundo Premio al pesebre principal de CAMIULA, en su sede de la Av. Urdaneta. Este “gran pesebre” está ubicado en el punto focal del espacio. Se representan las distintas escenas de forma lineal permitiendo un recorrido visual, en una escenografía hecha de distintos materiales unificados por un tratamiento de color uniforme.
Tercer Premio al pesebre del Departamento de Nómina de la Dirección de Finanzas, en el Edificio Administrativo. Uno de los más osados, este pesebre “espacial” abarca el recinto del ingreso convirtiéndolo en una experiencia habitable, exaltando – sin trasgredir – la escena del nacimiento.
Para concluir, esta premiación no quiere ser excluyente, sino motivadora. Todos los pesebres inscritos en el concurso, e incluso aquellos que no lo hicieron – y que igualmente vimos – son expresión sencilla pero bella de nuestra cultura. Que mirar a los pesebres ganadores signifique entonces, no mirar al mejor, sino a aquel que hizo su pesebre con un cuidado y un sentido especial, en relación con la tradición, la estética y la técnica. ¡Felicitaciones a todos!
Motivación del veredicto final por parte del jurado
El jurado conformado por nosotros, los profesores José Luis Chacón y Yonnys Díaz, hizo el recorrido por los diversos recintos universitarios donde se encontraban los pesebres inscritos en el concurso. Vimos una variedad de pesebres de distintos tamaños y con técnicas diversas; al igual que pudimos conversar con la mayoría de los autores, lo que nos ayudó a comprender mejor las realizaciones.
En breve, el pesebre es una tradición popular muy arraigada en Mérida y la zona andina. Es una manifestación esencialmente cristiana que celebra iconográficamente la escena del nacimiento de Jesucristo. Sus raíces están en la cultura latina, específicamente italo-española, de la cual somos herederos. El pesebre ha permanecido en el tiempo gracias, primero, a la devoción religiosa de la población y segundo, a su encanto estético, ligado a una sensación ingenua – diríamos infantil – que produce en los observadores.
Tomando esto en consideración, a los criterios sugeridos por la organización del concurso, el Sistema de Cursos y Talleres de la DIGECEX, agregamos uno de suma importancia: la correspondencia del pesebre realizado con la tradición (en forma y contenido); por ello, sugerimos que sea incluido en las valoraciones sucesivas. De esta manera los otros criterios, estéticos (Creatividad Artística y Diseño e Impacto visual) y técnicos (Calidad de Materiales y Conservación Ambiental), quedan determinados por éste. La belleza de un pesebre y su terminación dependen de cuan fiel es al pesebre tradicional.
La decisión del jurado fue entonces la siguiente:
Primer Premio al pesebre del Consejo de Apelaciones, en el Edificio Administrativo. Realizado como un “teatrino”, este pesebre representa la escena del nacimiento en perspectiva, mostrando las ruinas de la pesebrera en las afueras del poblado de Belén. Las figuras, los materiales y la ambientación están muy bien tratados y son todos coherentes entre sí.
Segundo Premio al pesebre principal de CAMIULA, en su sede de la Av. Urdaneta. Este “gran pesebre” está ubicado en el punto focal del espacio. Se representan las distintas escenas de forma lineal permitiendo un recorrido visual, en una escenografía hecha de distintos materiales unificados por un tratamiento de color uniforme.
Para concluir, esta premiación no quiere ser excluyente, sino motivadora. Todos los pesebres inscritos en el concurso, e incluso aquellos que no lo hicieron – y que igualmente vimos – son expresión sencilla pero bella de nuestra cultura. Que mirar a los pesebres ganadores signifique entonces, no mirar al mejor, sino a aquel que hizo su pesebre con un cuidado y un sentido especial, en relación con la tradición, la estética y la técnica. ¡Felicitaciones a todos!
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